A mi da mucho gusto cuando a las empresas les va bien pues generan riqueza, empleos, contribuyen al desarrollo del país con sus impuestos y satisfacen las necesidades de sus clientes.
Muchísimas empresas, de todos los tamaños y giros en México, utilizan financiamiento directo de sus proveedores. Estos financiamientos son cuentas por cobrar, es decir, crédito donde una empresa le otorga a otra productos o servicios a un plazo determinado. Si el pago se recibe en la fecha acordada no hay problema pues la empresa que prestó puede utilizar esos recursos económicos para mantener o incluso crecer su operación y cumplir con sus propios compromisos.
Pero si, al contrario, el pago no llegara a tiempo o de plano nunca llegara, la empresa que dio el crédito podría enfrentar dificultades importantes que pudieran poner su viabilidad en riesgo (ya sea por el monto que prestó o por el número de malos créditos que dio). Al no recibir el ingreso, la empresa tiene que extraer recursos de otras fuentes para continuar con su operación, incluso llegando a tener la necesidad de reestructurar sus propios compromisos crediticios o verse en la necesidad de retrasar pagos y quedar mal.
Puede ser que algunas empresas tengan reservas monetarias para imprevistos o emergencias o que incluso cuenten con una línea de crédito de la que puedan echar mano. Pero esto también implica contratiempos porque puede que se le agoten las reservas u obliga a utilizar la línea de crédito que pudiera tener un costo en forma de intereses.
La acumulación de retrasos en los pagos genera también otras complicaciones que pueden llevar a las empresas a, por ejemplo, postergar proyectos y tener dificultades para obtener nuevos financiamientos formales debido a la debilidad de su flujo de caja.
Las claves básicas para minimizar el riesgo de otorgamiento de crédito son dos: la primera es que la empresa que vaya a otorgar el crédito consulte, con el permiso del interesado en el crédito, el Reporte de Crédito y el Score predictivo de pago de Buró de Crédito para así conocer los riesgos y oportunidades y, de esta manera, ver la conveniencia de dar el crédito y establecer bajo qué condiciones puede hacerlo.
Una vez otorgado el crédito, la empresa puede reportar el desempeño de pago de su cliente de forma gratuita a Buró de Crédito. Reportar fomenta la voluntad de pago pues la empresa que recibe el crédito tiene un estímulo importante para cumplir prioritariamente con el pago pues todas las empresas están interesadas en mantener un registro positivo en Buró de Crédito para mantener la probabilidad de obtener financiamiento y con buenas condiciones.
Ahora, si ya una empresa dio crédito y ya tiene una cartera de crédito en condiciones desfavorables, la receta para mejorar su recuperación es la misma: puede reportar a sus clientes a Buró de Crédito y verá cómo sus clientes morosos se empezarán a poner al corriente en sus pagos; algunas veces el tema es de voluntad de pago más que de capacidad de pago.