Se llama Plutarco Domani Piloni, tiene cuarenta y cinco años y se fue a vivir a los Estados Unidos de Norteamérica cuando apenas era un adolescente (a decir verdad, se escapó con un compadre de su fallecido babbo (padre) pues no quería ni estudiar ni dedicarse a guardar al ganado ni a trabajar el campo, tal y como le correspondía).
Es originario de Chipilo (del náhuatl chipilli), un pueblito que se ubica al sur de la ciudad de Puebla, famoso por sus productos lácteos y que fue fundado por inmigrantes italianos de la región del Véneto, a finales del siglo XIX (ahí se habla chipileño, una rara variante de un dialecto romance –o galoitálico– mezclado con algo de náhuatl y español).
Por muchos años, no tuvo contacto con su faméya (familia). Se sentía culpable de haber abandonado a su mare (madre) y dos hermanas menores. Sin embargo, al convertirse en padre, decidió que era tiempo de viajar a México para que su hijo conociera a su nona.
Su vida no fue fácil en California, comenzó como albañil y con mucho esfuerzo, ahora tiene una empresa constructora que le da sustento. Para regresar algo a sus raíces, invirtió en Puebla y abrió una oficina que comenzó a hacer obra, pero se topó con una red de criminales que le han arruinado la vida.
Resulta que, por una llamada internacional, su mare le platicó que, para sacar un crédito para una camioneta utilitaria para el rancho, le pedían un aval y por supuesto, él se ofreció. Los requisitos eran obtener su buró de crédito y firmar ante notario una Póliza de Cobertura de Garantía. Con el afán de ayudar, comenzó de inmediato y abrió el explorador, introdujo “buró de crédito” y le dio click al primer resultado que arrojó el buscador.
›El sitio decía: “Somos tu aliado para obtener un crédito” y luego ofrecía “obtén tu reporte y score de crédito”. “Por tu seguridad, es necesario que proporciones la siguiente información para validar tu identidad, será utilizada por única ocasión”, y pues llenó el formato, subió fotografía por ambos lados de su recién sacada INE y del último estado de cuenta bancario de su oficina en México.
Varias semanas más tarde, cuando viajó a México, ya con una cita para el notario, quiso obtener su reporte de crédito en su laptop y no lograba hace login. Cuando solicitó ayuda, se percató que la página que tenía él, era parecida –pero no igual– a la que estaba en la computadora de la notaría. Le crearon un perfil y descubrió entonces que tenía créditos con varias instituciones y tiendas departamentales. Con enorme pesar y sintiendo gran culpa, se fue de la notaría sabiendo que no solo no podía servir como aval de su mare sino que había sido víctima de una estafa y que debía una fortuna de 4 millones de pesos.
Resulta que algunos buscadores de internet tienen entre sus resultados “patrocinados”, hasta arriba, a portales falsos que se dedican a recopilar información para robar tu identidad y adquirir microcréditos en efectivo y compras de mercancías.
Plutarco ya perdió su empresa en México y como están a su nombre los terrenos que había dejado su padre, está por perder también el rancho, la casa y el patrimonio de la familia entera. Sépase que la única página real es: https://www.burodecredito.com.mx/ y que hay que activar sus herramientas como “alertas” y el “bloqueo de reporte” para que nadie pueda sacar un crédito a tu nombre y sin tu consentimiento. Sirva esto para correr la voz.